La mujer más triste del mundo quería soñar, pero no podía. Había olvidado como se hacía. Pero una noche despertó y se dió cuenta de que había soñado, de que no había tenido pesadillas sinó que había soñado que estaba viviendo, vivía una vida mejor, una vida sin duelo, y con esperanza, una vida donde había alegría y había desaparecido el miedo, donde no tenía que pedir perdón a nadie, y el día y la noche se sucedían sin que fuese un infierno pasar del uno al otro. Se dió cuenta de que estaba viva y de que no quería volver a sufrir, de que sería posible encontrar algo en la mañana, de que podría descansar en la noche. No era facil, lo había pasado mal y las cicatrices apenas se habían cerrado, pero estaba segura de que tras esa noche llegarían muchos días, y ella estaría allí, y algun dia sería feliz.
Inadaptada social a temps parcial, regale somriures a tort i a dret, sóc més forta del que vull creure. Sé que la història no ha acabat i encara em crec capaç de canviar el món o almenys d'evitar que el món em canvie.
La mujer más triste del mundo quería soñar, pero no podía. Había olvidado como se hacía. Pero una noche despertó y se dió cuenta de que había soñado, de que no había tenido pesadillas sinó que había soñado que estaba viviendo, vivía una vida mejor, una vida sin duelo, y con esperanza, una vida donde había alegría y había desaparecido el miedo, donde no tenía que pedir perdón a nadie, y el día y la noche se sucedían sin que fuese un infierno pasar del uno al otro. Se dió cuenta de que estaba viva y de que no quería volver a sufrir, de que sería posible encontrar algo en la mañana, de que podría descansar en la noche. No era facil, lo había pasado mal y las cicatrices apenas se habían cerrado, pero estaba segura de que tras esa noche llegarían muchos días, y ella estaría allí, y algun dia sería feliz.
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